Estas galletas de avena de mi madre han caído este fin de semana y, aunque son de las recetas que no suelo compartir, esta vez he decidido hacerlo añadiéndolas a las “recetas rápidas por confinamiento” que he estado publicando en estas semanas.
Para los que me seguís sabéis que hay una pequeña selección de galletas de mi madre en el blog, las solía hacer siempre a principios de diciembre y las deleitábamos -a hurtadillas- durante las tres semanas previas a la Navidad… ¡vamos todo un regalazo de mama!
Esta semana quería hacer pan, pero ha sido tal la locura de la gente por hornear en casa que las harinas panaderas brillan por su ausencia en muchos sitios… ¡vaya locura! ¿Cuál será el próximo ingrediente en escasear en el mercado? ¿Os atrevéis a pronosticarlo?
Galletas de avena de mi madre
Ingredientes:
- 100 g de mantequilla en pomada
- 100 g de azúcar moreno
- 100 g de azúcar
- Un huevo
- Una cdta. de extracto de vainilla
- Una cda. de leche
- 130 g de harina de repostería
- ½ cdta. de bicarbonato sódico
- ½ cdta. de levadura química (Royal)
- ½ cdta. de sal
- Una taza de copos de avena
Elaboración:
- Calentamos el horno a 180º C. y preparamos una bandeja de horno con papel de cocina o una hoja de silicona.
- Tamizamos varias veces la harina con el bicarbonato, la levadura y la sal, y reservamos.
- Blanqueamos la mantequilla con los dos tipos de azúcares con una batidora, o un robot de cocina, a la velocidad más alta.
- Bajamos la velocidad al mínimo y añadimos el huevo, la vainilla, y la leche.
- Añadimos la harina tamizada y la avena, y batimos hasta tener una masa homogénea.
- Se forman las galletas sobre la bandeja de horno dejando una separación de cinco centímetros entre galleta y galleta, y horneamos durante 10 minutos, o hasta que estén doradas. En el apartado «Consejos útiles» os cuento como formarlas.
- Retiramos del horno, dejamos templar 20 minutos y pasamos a una rejilla para que enfríen.
Acompañad estas galletas de avena de mi madre con una rico tazón de leche, o con una taza de chocolate o Colacao. Estoy seguro que os las vais a comer toditas y recordad… “El que avisa no es traidor”.
Consejos útiles:
- La mantequilla debe estar siempre en pomada, es decir, a temperatura ambiente y como su nombre lo indica con una textura de pomada… ¡vamos, más claro imposible!
- Para formarlas usad dos cucharas y haced una pequeña pelotita de 20 gramos aproximadamente.
- No es necesario que batáis mucho la masa una vez que incorporéis la harina y la avena.
- Podéis usar granos enteros o granos de avena rápidos. El resultado solo afectará en la textura de las galletas, pero el sabor es similar.
- Usad una buena vainilla, a ser posible que tenga las semillas de la vaina como esta.
- ¿Sois chocoadictos? Rociadlas con hilos de chocolate negro y blanco una vez que estén frías.
Guardad las galletas de avena de mi madre en un recipiente hermético una vez que estén frías y disfrutad de ellas cuando más os apetezca. Eso sí, mantenedlas a buen recaudo si no queréis que los ratones mas pequeños de la casa las devoren sin piedad.
Es lo mismo aquí: no hay harina. Compré harina de garbanzos para hacer farinata en lugar de pan.
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¡Se ven tremendas! Las probaré, ¡muchas gracias por la receta!
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