IRISH SODA BREAD: pan de bicarbonato irlandés

Irish soda bread

Este es el pan que nos propuso Bake the World para el reto de noviembre. Es un pan rápido de hacer pero eso no significa necesariamente que sea fácil. Hay que tener mucho control con los tiempos del amasado y con la humedad final de la masa. Se hace tradicionalmente con bicarbonato sódico y se le incorpora un ácido -en este caso buttermilk– que reacciona produciendo dióxido de carbono. Este gas se va quedando atrapado entre la masa y proporcionándole volumen, formando la estructura del pan -siempre que leas una receta que lleva bicarbonato sódico encontrarás también entre ellos un ácido, cuando se quiere que suba la preparación-. El buttermilk es un ingrediente básico en la repostería y en la cocina de Europa del norte y se encuentra fácilmente en supermercados y tiendas en esos países. Aquí en España no es fácil de encontrar así que, para no complicarte la vida, te recomiendo que hagas un sustituto con leche y zumo de limón, tal y como he hecho yo -si lo encuentras ¡enhorabuena!, pero no te olvides de compartir la dirección en cuestión ya que es de esos ingredientes que no se encuentran a la vuelta de la esquina-.

Hay muchas fórmulas maestras de este pan, unas incluyen azúcar, mantequilla, pasas e incluso otros tipos de harinas pero yo me he limitado a usar la fórmula maestra de Mónica Sheridan, una de las primeras celebridades gastronómicas de Irlanda de mediados del siglo pasado y cuyos libros sobre cocina irlandesa son verdaderos tesoros de la gastronomía de ese país. Ella mantiene los ingredientes clásicos del pan de bicarbonato que, según los más puristas, deben ser únicamente harina -blanca, integral o una mezcla de ambas pero que no sean en ningún caso de fuerza-, bicarbonato sódico, sal y  el buttermilk. Por tradición se cocía en brasas metiendo la masa en una cacerola de hierro fundido con patas y tapa que se le conoce como bastible pot -yo lo he hecho en una cacerola de hierro fundido pero sin brasas… en pleno centro de Madrid no podría prender fuego ni siquiera a un trozo de carbón-. Las dos variedades más conocidas de este pan son: los farls, típicos del norte de Irlanda, y el clásico y más conocido como el que he hecho yo.

Para saber un poco más de las costumbres asociadas a este pan conté con la ayuda de un buen amigo irlandés. Michael lleva muchos años viajando a Madrid todos los meses y es un irlandés empedernido de pies a cabeza así que en ningún momento dudé en preguntarle qué remembranzas podría contarme relacionadas con este pan. La primera imagen que se le vino a la memoria al hablar del pan es la de entrar en casa después de una larga mañana y encontrarse la mesa tendida y dispuesta con huevos cocidos, jamón irlandés o queso, un poco de mermelada o algún otro tipo de conserva y acompañando a todos estos alimentos el pan de bicarbonato irlandés o «Gozo de la Luz«, como lo llama él, hecho por las manos de su madre. También recordó que cuando el pan ya tenía dos o tres días -ya bastante seco- lo que hacían en su casa era freír las rebanadas en una sartén con la grasa que desprendían las lonchas de panceta ahumada que solían tener. Proveniente de una familia de provincias, y por lo tanto de rigurosa tradición, raras veces -probablemente solo en dos ocasiones- recuerda que su madre le pusiera pasas a la hora de hacerlo. Dejaban agriar tres botellas de leche durante una semana y así tenían listo el agente ácido para elaborar el «Gozo de la Luz» -me parece una forma maravillosa de describir el pan, ¿no te parece?-. Podría seguir escribiendo muchas cosas que Michael me contó pero realmente creo que el espíritu y lo que en esencia representa el pan en un hogar ya está dicho en esas cinco palabras con las que él califica al pan de su niñez.

Ingredientes:

625 ml de leche
37 ml de zumo de limón o vinagre
Mantequilla y harina para la cacerola de hierro fundido
628 g de harina integral de trigo
306 g de harina común de trigo
11 g de bicarbonato sódico
10 g de sal

Elaboración:
Se precalienta el horno a 220º C. Se mezcla la leche con el zumo de limón y se deja reposar durante 15 minutos antes de usarla. Se unta una cacerola de hierro fundido (también conocida como horno holandés) con mantequilla y se espolvorea con harina. Se reserva hasta la hora de hornear el pan. Se mezclan las harinas con el bicarbonato sódico y la sal y se tamiza una o dos veces. Se incorpora la leche con zumo de limón -tienes que echar por lo menos 500 ml y si ves que la masa está muy seca le vas añadiendo un poco más por cucharadas- e inmediatamente se empieza a mezclar todo con las manos. Este proceso se debe hacer muy rápido ya que la acidez de la leche empieza a actuar inmediatamente con el bicarbonato sódico liberando el dióxido de carbono que será el responsable de darle estructura al pan -yo tardé poco más de tres minutos entre la incorporación de la leche y el marcado final-. La masa se irá ligando y se empezará a aglutinar rápidamente. No se debe sentir seca al tacto, un poco pegajosa pero tampoco extremadamente húmeda. La cantidad de leche ácida que se use al final dependerá del tipo de harinas que se tengan -ya sabes que algunas son más secas que otras y por tanto pedirán más o menos líquido para aglutinarse-.

PARA EL FORMADO Y EL MARCADO:
Se forma una bola y a continuación se aplasta levemente con las palmas de la mano. Por último, se marca con cuchillo muy afilado haciendo una cruz, sin temor a profundizar en el corte.

PARA EL HORNEADO:
Se coloca el pan en la cacerola de hierro fundido, se tapa y se introduce en el horno. Pasados los primeros 25 minutos de cocción se baja la temperatura a 170º C y se retira la tapa de la cacerola. Se continúa el horneado durante 15 minutos más. Se retira el pan del horno, se deja reposar durante cinco minutos antes de retirarlo de la cacerola y dejarlo enfriar sobre una rejilla.

Es un pan que presenta una corteza muy crujiente y un color muy dorado -algunos expertos recomiendan pincelar el pan con buttermilk antes de hornearlo para potenciar este color dorado final-. Su interior es suave pero se seca rápidamente así que se recomienda consumirlo el mismo día en que se ha horneado. Estoy seguro que unas rebanadas de pan con mantequilla y mermelada o unos huevos pasados por agua acompañados de jamón cocido, mantequilla, queso y pepinillos en vinagre serán un verdadero «gozo de luz» para cualquiera.

Yo lo he disfrutado con la mermelada de calabaza, pasas y ron que he publicado esta semana y estaba delicioso. He guardado un poco para hacer unos picatostes con panceta ahumada, ya te contaré el resultado. No dejes de pasarte por Bake the Worldverás muchas otras recetas cada una con su propia interpretación y estoy seguro que serán todas igual de buenas.

¡¡ Que disfrutes del fin de semana que se avecina !!

59 comentarios sobre “IRISH SODA BREAD: pan de bicarbonato irlandés

  1. Hola! Me enamoré de este pan al ver las fotos, ¡son fantásticas! Y el fin de semana pasado hice el pan. De vista me quedó casi tan bien como el tuyo, pero huele rarísimo, estuve a punto de tirarlo pero lo probé y está rico. ¿Qué es lo que le da el aroma «raro»? ¿El bicarbonato? ¿O la mezcla con leche y limón? Quiero volver a hacerlo pero que no huela mal…
    Gracias!
    Alejandra

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    1. jejeje si, tiene un aroma especial y son dos cosas las que le imparten ese olor tan particular. 1) la leche con limón y el tipo de harina leudada con bicarbonato. Ahora mismo no se me ocurre como cambiar ese aroma tan particular… Dejame pensar como podríamos cambiar un poco la receta y te lo digo. Un abrazo y Feliz Año 😉

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  2. ¡QUé magnífica entrada!

    La historia de tu amigo Michael me ha encantado. El nombre que le da al pan me resulta entrañable y de lo más acertado aunque no sólo de aplicación al pan sino a tus fotos, tu narración, tu receta, etc. Un «gozo» leerte 🙂

    Bss

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    1. Muchísimas gracias Carmen. La verdad es que yo también disfrute escuchando a Michael y sobre todo cuando menciono al pan como «el gozo o alegría de la luz». Solo me pude imaginar a un niño entrando en su casa y ver la mesa con el pan en el centro y un haz de luz entrando por la ventana de esa casa en plena campiña oscura y lluviosa. Muchísimas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  3. Me ha encantado la entrada. Te ha quedado un pan fantastico, abierto con sus cuñas, pero bien recogidito, gracias supongo que al Dutch oven. Las fotos son fantasticas como siempre tambien.

    La proxima vez, animate y despues de los 3 segundos, prueba a añadirle melaza, estoy segura que te gustará.

    Bss y mil gracias por paticipar. Cada vez somos mas y con una muy buena calidad de panes y sobre todo de ilusión.

    Virginia «sweet and sour»

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    1. Sí, la próxima vez me animaré -fue error y despiste porque ya lo tenía planificado pero bueno esas cosas que pasan a veces en la cocina-. Sí, que bien, somos más y más y, como bien dices, con mucha ilusión. Comentaba yo con Mercedes de «La Bakery Shop» que este reto engancha y gracias a vosotras. Un abrazo

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  4. Aunque he visto que mi socia Juana ya te ha comentado, me veo en la «obligación» de hacerlo yo también, aunque sólo sea para agradecerte estos pedazos de post que haces! son impresionantes y me imagino todo el trabajo que hay detrás de ellos.
    El pan… qué te voy a decir!? alucinante tiene que estar, y además cocinado en su propia casita! qué bueno!
    Y las fotos como siempre geniales, aunque la segunda es algo más. De concurso!
    Enhorabuena por todo! eres un auténtico crack!

    Abrazos salseros.

    Tito

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  5. Definitivamente este es un blog imprescindible .
    El butermilk lo puedes encontrar en los supermercados LIDL.
    Te vuelvo a dar las gracias por mandarme las equivalencias del azúcar y el sirope.
    Espero que encuentres el butermilk .
    Un saludo

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    1. ¡¡GRACIAS INMA!! Mira que lo he buscado mogollón de veces en el Lidl pero o los dos que tengo al lado de casa no están muy surtidos o no tengo ojo para buscarlo. Me han dicho que Taste of America y el Aldi lo tienen la próxima vez que lo necesite lo buscaré por ahí. Espero que te hayan servido las equivalencias. Un fuerte abrazo.

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  6. Seguro que tu amigo te ha dado un sobresaliente en este pan, desde luego que te ha quedado para quitarse el sombrero, se le ve tan crujiente, tan alto y tan guapo que da pena comerselo, bueno pero poca pena, porque con esos huevos, el jamón e inlcuso con esa maravillosa mermelada, no da pena sino gula zamparselo.
    Un beso y buen fin de semana

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  7. Que bonita la historia de Michael, me veía en esa cocina!!!
    El ambiente que has recreado para el pan es precioso!!
    Te ha quedado un pan fabuloso y con un color estupendo!! Veo que tu masa es más seca que la mía, quizás yo le eché demasiado buttermilk, porque me costó darle forma, así y todo me encantó prepararlo y comerlo, un «pan» sencillo y muy sabroso!!!
    Miedo me da el reto que nos están preparando para diciembre!!
    Besosss

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    1. Hola Teresa, yo creo que no es fácil darle la humedad necesaria además también depende mucho de las harinas. Es de esos panes en los que el buttermilk se añade según te lo pida la harina y para eso las manos necesitan experiencia, fácil hasta cierto punto. El sabor y la corteza están muy buenos la verdad. A prepararse para diciembre que se ve venir jajajaja. Un fuerte abrazo 😉

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  8. Me encanta el tip de la hornear en la olla ya que por experiencia si los cortes son muy profundos el pan se abre muchísimo, la fotos preciosas como siempre y la receta mucho mejor con harina integral.
    Un abrazo

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    1. Gracias Caty. Originalmente este pan se hacia en una olla de hierro fundido y se sigue haciendo hasta donde yo he podido aprender. Supongo que una de las razones es que pocos hornos habrían en la época y en el norte de Europa el dutch oven -de uso muy antiguo- siempre ha sido un indispensable. Así que el tip habría que agradecérselo a los irlandeses que iniciaron su elaboración. Gracias por tu comentario guapa, un gusto tenerte siempre por aquí.

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  9. Me ha gustado ver fotos del formado. Sin duda, la parte más complicada de la elaboración de este pan. Manejar esta masa, me ha parecido mucho más complicado que la de cualquier otro pan. Una pinta estupenda el resultado!

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    1. Lo de la cazuela más que un truco o una trampilla es la forma original en la que los irlandeses hacían el Irish Soda Bread -supongo que en esa época no todos tenían los hornos contemporáneos y además en el norte de Europa el dutch oven siempre se ha usado para hacer panes-. Gracias por comentar el post, un abrazo.

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  10. Una entrada maravillosa de veras!!!, siempre que vengo a tu blog salgo alucinada en todos los sentidos….hoy caí rendida ante tu forma de cocinar el pan, técnica que ya te he copiado para mi próximo pan de soda 😉
    Sabes? yo el butermilk lo compro en Lidl, antes también lo encontraba en Auchan, pero últimamente no traen :(..también, cuando tengo una urgencia, hago mantequilla casera para obtenerlo y de ese modo una vez horneado tengo algo delicioso para untarle 🙂
    Bueno, una vez mas gracias por tu precioso post y por tus sabios consejos!
    muchos besos!

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    1. Juana, guapa, gracias por pasarte por aquí y comentar el post. Pues tu sí que eres experta en en este pan y esa corteza blanca con las semillas te quedo espectacular. Mira que el buttermilk lo he buscado mogollón de veces en el «Lidl» y no se si es que está agotado o qué pero nunca logro comprarlo. Me han dicho que en Taste of America también lo tienen. Bueno a ver si me hago con el, de momento me apaño con la leche y el zumo de limón 😉 un fuerte abrazo.

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    1. A que sí? A mí también. Me parece que le da su puntito además ayuda a que suba vertical en vez de horizontal y el horneado es bastante homogéneo. Gracias por pasarte por aquí y comentar el post. Un abrazo y ya nos veremos en diciembre con ese super reto 😉

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  11. Estaba deseando ver tu pan Oso!
    Es mi favorito de todos los que hemos participado! (no creas que se lo he dicho a todos eh 🙂 )
    Me declaro oficialmente, hoy 16/11/2012, fan número uno tuya!
    De verdad que da gusto verte cocinar, tus maravillosas fotografías, y esas geniales narraciones.
    Eres una maravilla!
    Besos y muy feliz finde!
    Mercedes

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    1. Pues muy original añadirle chocolate la fotografía del primero -al menos a la vista- tenía muy buena pinta. A mí me ha gustado, está muy bien pero realmente prefiero panes más ligeros. Bueno, parece que tenemos trabajo para diciembre ;). Un abrazo José y gracias por pasarte por aquí.

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